viernes, 23 de diciembre de 2016

¿Porqué tendría que ser formal?

La Informalidad




Según estimaciones de OIT en 2009 había 59 millones de unidades productivas o negocios en América Latina, de ellas 48 millones fueron negocios conducidos por trabajadores independientes y cerca de siete millones fueron empresas de hasta cinco trabajadores. Esto implica que la mayor parte del empleo en la región se genera en el trabajo autónomo o empresas de menor tamaño. Desafortunadamente una alta proporción del empleo generado por este tipo de unidades es informal: al 2013 la tasa de empleo informal entre los independientes era de 82% y entre las empresas pequeñas era de 59%. Según la OIT (2013), trabajadores independientes y empresas de hasta diez trabajadores explican el 70% del empleo informal total en la región. La informalidad de las distintas micro y pequeñas empresas contribuyen con la baja productividad laboral y retrasan el desarrollo económico de los países.
“El sector informal está constituido por el conjunto de empresas, trabajadores y actividades que operan fuera de los marcos legales y normativos que rigen la actividad económica. Por lo tanto, pertenecer al sector informal supone estar al margen de las cargas tributarias y normas legales, pero también implica no contar con la protección y los servicios que el estado puede ofrecer”. Esta es una definición por parte de Hernando de Soto del año 1989 en su clásico estudio sobre la informalidad, y bajo este análisis que adquirido fuerza con el tiempo por lo que antes de fijarnos sólo en los síntomas podemos conceptuar las causas y encontrar verdaderas soluciones.
La Organización Internacional del Trabajo define la Informalidad de la siguiente manera:
1. Hace referencia a todas las actividades económicas desarrolladas por los trabajadores y las unidades económicas que — en la legislación o en la práctica — están insuficientemente cubiertos por sistemas formales o no lo están en absoluto.
2. No abarca las actividades ilícitas, en particular la prestación de servicios y la producción, venta o posesión de bienes prohibidos por la legislación, incluyendo la producción y el tráfico ilícitos de estupefacientes y de armas de fuego, la trata de personas y el blanqueo de dinero, tal como se define en los tratados internacionales pertinentes.
3. Las «unidades económicas» de la economía informal son:
a) las unidades que emplean mano de obra (asalariada);
b) las unidades que pertenecen a personas que trabajan por cuenta propia, ya sea en solitario o con la ayuda de miembros de sus familias no remunerados o insuficientemente remunerados, y
c) las cooperativas y las unidades de la economía social y solidaria.
4. El «empleo informal» incluye:
a) Quienes poseen y explotan unidades económicas en la economía informal, como:
-Los trabajadores por cuenta propia.
- Los empleadores
- Los miembros de cooperativas y de entidades de la economía social y solidaria.
b) los trabajadores familiares auxiliares, independientemente de si trabajan en unidades económicas de la economía formal o de la economía informal.
c) los trabajadores asalariados con empleos informales que trabajan en empresas formales o en unidades económicas de la economía informal, o bien para ellas o en hogares como trabajadores domésticos remunerados.
d) los trabajadores cuyas relaciones de trabajo no están reconocidas o reguladas.
5. El trabajo informal puede realizarse en todos los sectores de la economía, tanto en espacios públicos como en espacios privados.

¿En qué me perjudica individualmente el ser informal como empresario o trabajador?

Dado que la informalidad es una respuesta distorsionada ante una economía excesivamente reglamentada supone una asignación de recursos deficiente que conlleva la pérdida, por lo menos parcial, de las ventajas que ofrece la legalidad: la protección policial y judicial, el acceso al crédito formal, y la capacidad de participar en los mercados internacionales. Por tratar de eludir el control del estado, muchas empresas informales siguen siendo empresas pequeñas con un tamaño inferior al óptimo, utilizan canales irregulares para adquirir y distribuir bienes y servicios, y tienen que utilizar recursos constantemente para encubrir sus actividades o sobornar a funcionarios públicos. Por otra parte, la informalidad induce a las empresas formales a usar en forma más intensiva los recursos menos afectados por el régimen normativo. En los países en desarrollo en particular, esto significa que las empresas formales tienen un uso menos intensivo de mano de obra de la que les correspondería tener de acuerdo a la dotación de recursos del país. Además, el sector informal genera un factor externo negativo que se agrega a su efecto adverso sobre la eficiencia: las actividades informales utilizan y congestionan la infraestructura pública sin contribuir con los ingresos tributarios necesarios para abastecerla. Puesto que la infraestructura pública complementa el aporte del capital privado en el proceso de producción, la existencia de un sector informal de gran tamaño implica un menor crecimiento de la productividad.
En comparación a lo que sería la respuesta económica óptima, la expansión del sector informal a menudo representa un crecimiento económico distorsionado e insuficiente. Esta afirmación requiere ser aclarada: la informalidad está por debajo del nivel óptimo de respuesta que puede encontrarse en el mejor escenario de una economía sin una excesiva reglamentación y una adecuada provisión de servicios públicos. No obstante, es preferible la informalidad en lugar de una economía plenamente formal pero esclerótica e incapaz de evitar las rigideces que genera la normatividad. La implicancia que esto tiene en términos de políticas es incuestionable: el mecanismo de la formalización es sumamente importante por las consecuencias que tiene en el empleo, la eficiencia y el crecimiento económico. Si la formalización se sustenta exclusivamente en hacer que se cumplan las normas, lo más probable es que ello genere desempleo y un bajo crecimiento. Si por el contrario el proceso de formalización se sostiene mediante mejoras tanto del marco legal como de la calidad y disponibilidad de los servicios públicos, generará un uso más eficiente de los recursos y un mayor crecimiento. Desde una perspectiva empírica, el efecto ambiguo de la formalización pone de manifiesto una importante dificultad para evaluar el impacto que tiene la informalidad sobre el crecimiento económico: dos países pueden tener el mismo nivel de informalidad, pero si las causas subyacentes que lo explican son distintas, las tasas de crecimiento de dichos países podrán ser notoriamente distintas también. A los países en los que se controla la informalidad mediante una drástica imposición de normas les irá menos bien que a aquellos países que tienen un bajo nivel de informalidad debido a que cuentan con normas más suaves y servicios públicos adecuados.
El Banco Mundial en uno  de sus reportes, titulado “Hacia una Protección Social Eficaz para Todos en América Latina y el Caribe: De los Derechos a la Realidad” indica que los países todavía tienen que hacer frente a la poca cobertura del seguro social contributivo ya que las recientes reformas no han resuelto el problema. La principal dificultad es que los sistemas obligatorios de la región para la provisión de pensiones, seguro médico y las prestaciones por desempleo no son aptos para cubrir a los trabajadores en el sector informal. Más de la mitad de los trabajadores de la región está empleada en el sector informal y no está cubierto por la seguridad social.

Causas de la informalidad:

Una de las grandes causas a lo que llamaría la gran motivación para ser informal es la deficiencia en los servicios públicos tales como el seguro social, son evidencias que no se percibe un bien común en cuanto a la tributación, por lo que formalizarse implica mayores tributos, pero los mismos servicios públicos deficientes.
A través de una evaluación racional (costo – beneficio) donde los costos de pertenecer al sector formal superan los beneficios que se obtendrían de no ser formales. Por el lado de los costos en el aspecto tributario la presión impositiva juega un papel importante, debido a que mientras se obtengan mayores ingresos, mayor será el importe a pagar al estado por tributos. Lo que se convierte en incentivo para la evasión tributaria, Sin embargo la carga que presentan los costos por parte de los tributos no es el único problema sino también el costo para pagar dicho tributo, es decir todos aquellos requisitos formales que suelen solicitarse al contribuyente para el pago de su tributo.
La ciudadanía está insatisfecha no sólo con los servicios públicos sino que además se percibe una corrupción constante, una mala e inequitativa administración de los tributos, alimentando así la desconfianza de la población para pagar más tributos, estos hechos hacen más bien que cada ciudadano busque pagar menos y buscar la manera de hacerlo, apoyándose en una deficiente moral tributaria.
La existencia de un gran número de reglas y prohibiciones que recaen sobre la actividad económica provoca que las actividades formales sean cada vez más complicadas y más caras en términos administrativos, incentivando a los agentes a eludir y evadir los diversos controles tributarios.

Conclusión:

Hoy en día en América Latina en general, nos encontramos en un periodo trascendental a puertas de una nueva era, por lo que como empresarios nos toca confiar en aquellos a quienes hemos delegado el poder de llevar las cuerdas fronterizas de la economía de nuestros países, exigiendo servicios públicos de calidad que contribuyan en gran manera a una constante mejora en la calidad de vida de cada ciudadano, en cualquier remoto lugar de nuestra nación, esto nos conllevará a ser más eficientes en nuestros trabajos, es menester del gobierno brindar las facilidades a través de un sistema menos complejo dando espacio para que el empresario pueda desarrollar su creatividad, innovación, audacia en un mercado de libre competencia, estableciendo una base sólida para el desarrollo sostenido de nuestra economía, en conjunto aumentando la formalidad en nuestros países con las buenas políticas de nuestros gobiernos traslucidos en eficientes servicios públicos, harán una mejora en la productividad económica del país que finalmente será retribuida en el mediano plazo en grandes beneficios a cada uno de nosotros. Entre tantos a continuación se presenta un ejemplo:




En los servicios de telecomunicaciones con los que cuenta el hogar se observan diferencias importantes. En primer lugar, se aprecia la alta penetración que tiene el celular en el país, pues el 97% de los hogares con ingreso 'formal' y el 79% de los hogares con ingresos exclusivamente informales cuentan con este servicio. Sin embargo, en cuanto a acceso a teléfono, internet y cable, las diferencias son grandes, pues en ninguno de estos tres casos el acceso de los hogares con ingreso informal supera el 18%, mientras que en los hogares con ingresos de empleos formales es igual o supera el 49%. (Foto: INEI) obteniendo así una mejor calidad de vida.

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