La Informalidad
Según estimaciones de OIT en 2009 había 59 millones de
unidades productivas o negocios en América Latina, de ellas 48 millones fueron
negocios conducidos por trabajadores independientes y cerca de siete millones
fueron empresas de hasta cinco trabajadores. Esto implica que la mayor parte
del empleo en la región se genera en el trabajo autónomo o empresas de menor
tamaño. Desafortunadamente una alta proporción del empleo generado por este
tipo de unidades es informal: al 2013 la tasa de empleo informal entre los
independientes era de 82% y entre las empresas pequeñas era de 59%. Según la
OIT (2013), trabajadores independientes y empresas de hasta diez trabajadores
explican el 70% del empleo informal total en la región. La informalidad de las
distintas micro y pequeñas empresas contribuyen con la baja productividad
laboral y retrasan el desarrollo económico de los países.
“El sector informal está constituido por el conjunto de
empresas, trabajadores y actividades que operan fuera de los marcos legales y
normativos que rigen la actividad económica. Por lo tanto, pertenecer al sector
informal supone estar al margen de las cargas tributarias y normas legales,
pero también implica no contar con la protección y los servicios que el estado
puede ofrecer”. Esta es una definición por parte de Hernando de Soto del año
1989 en su clásico estudio sobre la informalidad, y bajo este análisis que
adquirido fuerza con el tiempo por lo que antes de fijarnos sólo en los
síntomas podemos conceptuar las causas y encontrar verdaderas soluciones.
La Organización Internacional del Trabajo define la
Informalidad de la siguiente manera:
1. Hace referencia a todas las actividades económicas
desarrolladas por los trabajadores y las unidades económicas que — en la
legislación o en la práctica — están insuficientemente cubiertos por sistemas
formales o no lo están en absoluto.
2. No abarca las actividades ilícitas, en particular la
prestación de servicios y la producción, venta o posesión de bienes prohibidos
por la legislación, incluyendo la producción y el tráfico ilícitos de
estupefacientes y de armas de fuego, la trata de personas y el blanqueo de
dinero, tal como se define en los tratados internacionales pertinentes.
3. Las «unidades económicas» de la economía informal son:
a) las unidades que emplean mano de obra (asalariada);
b) las unidades que pertenecen a personas que trabajan por
cuenta propia, ya sea en solitario o con la ayuda de miembros de sus familias
no remunerados o insuficientemente remunerados, y
c) las cooperativas y las unidades de la economía social y
solidaria.
4. El «empleo informal» incluye:
a) Quienes poseen y explotan unidades económicas en la
economía informal, como:
-Los trabajadores por cuenta propia.
- Los empleadores
- Los miembros de cooperativas y de entidades de la economía
social y solidaria.
b) los trabajadores familiares auxiliares,
independientemente de si trabajan en unidades económicas de la economía formal
o de la economía informal.
c) los trabajadores asalariados con empleos informales que
trabajan en empresas formales o en unidades económicas de la economía informal,
o bien para ellas o en hogares como trabajadores domésticos remunerados.
d) los trabajadores cuyas relaciones de trabajo no están
reconocidas o reguladas.
5. El trabajo informal puede realizarse en todos los
sectores de la economía, tanto en espacios públicos como en espacios privados.
¿En qué me perjudica individualmente el ser informal como
empresario o trabajador?
Dado que la informalidad es una respuesta distorsionada ante
una economía excesivamente reglamentada supone una asignación de recursos
deficiente que conlleva la pérdida, por lo menos parcial, de las ventajas que
ofrece la legalidad: la protección policial y judicial, el acceso al crédito
formal, y la capacidad de participar en los mercados internacionales. Por
tratar de eludir el control del estado, muchas empresas informales siguen
siendo empresas pequeñas con un tamaño inferior al óptimo, utilizan canales
irregulares para adquirir y distribuir bienes y servicios, y tienen que
utilizar recursos constantemente para encubrir sus actividades o sobornar a
funcionarios públicos. Por otra parte, la informalidad induce a las empresas
formales a usar en forma más intensiva los recursos menos afectados por el
régimen normativo. En los países en desarrollo en particular, esto significa
que las empresas formales tienen un uso menos intensivo de mano de obra de la
que les correspondería tener de acuerdo a la dotación de recursos del país.
Además, el sector informal genera un factor externo negativo que se agrega a su
efecto adverso sobre la eficiencia: las actividades informales utilizan y
congestionan la infraestructura pública sin contribuir con los ingresos tributarios
necesarios para abastecerla. Puesto que la infraestructura pública complementa
el aporte del capital privado en el proceso de producción, la existencia de un
sector informal de gran tamaño implica un menor crecimiento de la
productividad.
En comparación a lo que sería la respuesta económica óptima,
la expansión del sector informal a menudo representa un crecimiento económico
distorsionado e insuficiente. Esta afirmación requiere ser aclarada: la
informalidad está por debajo del nivel óptimo de respuesta que puede
encontrarse en el mejor escenario de una economía sin una excesiva
reglamentación y una adecuada provisión de servicios públicos. No obstante, es
preferible la informalidad en lugar de una economía plenamente formal pero
esclerótica e incapaz de evitar las rigideces que genera la normatividad. La
implicancia que esto tiene en términos de políticas es incuestionable: el
mecanismo de la formalización es sumamente importante por las consecuencias que
tiene en el empleo, la eficiencia y el crecimiento económico. Si la
formalización se sustenta exclusivamente en hacer que se cumplan las normas, lo
más probable es que ello genere desempleo y un bajo crecimiento. Si por el
contrario el proceso de formalización se sostiene mediante mejoras tanto del
marco legal como de la calidad y disponibilidad de los servicios públicos,
generará un uso más eficiente de los recursos y un mayor crecimiento. Desde una
perspectiva empírica, el efecto ambiguo de la formalización pone de manifiesto
una importante dificultad para evaluar el impacto que tiene la informalidad
sobre el crecimiento económico: dos países pueden tener el mismo nivel de
informalidad, pero si las causas subyacentes que lo explican son distintas, las
tasas de crecimiento de dichos países podrán ser notoriamente distintas
también. A los países en los que se controla la informalidad mediante una
drástica imposición de normas les irá menos bien que a aquellos países que
tienen un bajo nivel de informalidad debido a que cuentan con normas más suaves
y servicios públicos adecuados.
El Banco Mundial en uno
de sus reportes, titulado “Hacia una Protección
Social Eficaz para Todos en América Latina y el Caribe: De los Derechos a la
Realidad” indica que los países todavía tienen que hacer frente a la
poca cobertura del seguro social contributivo ya que las recientes reformas no
han resuelto el problema. La principal dificultad es que los sistemas
obligatorios de la región para la provisión de pensiones, seguro médico y las
prestaciones por desempleo no son aptos para cubrir a los trabajadores en el
sector informal. Más de la mitad de los trabajadores de la región está empleada
en el sector informal y no está cubierto por la seguridad social.
Causas de la informalidad:
Una de las grandes causas a lo que llamaría la gran
motivación para ser informal es la deficiencia en los servicios públicos tales
como el seguro social, son evidencias que no se percibe un bien común en cuanto
a la tributación, por lo que formalizarse implica mayores tributos, pero los
mismos servicios públicos deficientes.
A través de una evaluación racional (costo – beneficio)
donde los costos de pertenecer al sector formal superan los beneficios que se
obtendrían de no ser formales. Por el lado de los costos en el aspecto
tributario la presión impositiva juega un papel importante, debido a que
mientras se obtengan mayores ingresos, mayor será el importe a pagar al estado
por tributos. Lo que se convierte en incentivo para la evasión tributaria, Sin
embargo la carga que presentan los costos por parte de los tributos no es el
único problema sino también el costo para pagar dicho tributo, es decir todos
aquellos requisitos formales que suelen solicitarse al contribuyente para el
pago de su tributo.
La ciudadanía está insatisfecha no sólo con los servicios
públicos sino que además se percibe una corrupción constante, una mala e inequitativa
administración de los tributos, alimentando así la desconfianza de la población
para pagar más tributos, estos hechos hacen más bien que cada ciudadano busque
pagar menos y buscar la manera de hacerlo, apoyándose en una deficiente moral
tributaria.
La existencia de un gran número de reglas y prohibiciones
que recaen sobre la actividad económica provoca que las actividades formales
sean cada vez más complicadas y más caras en términos administrativos,
incentivando a los agentes a eludir y evadir los diversos controles tributarios.
Conclusión:
Hoy en día en América Latina en general, nos encontramos en
un periodo trascendental a puertas de una nueva era, por lo que como
empresarios nos toca confiar en aquellos a quienes hemos delegado el poder de
llevar las cuerdas fronterizas de la economía de nuestros países, exigiendo
servicios públicos de calidad que contribuyan en gran manera a una constante mejora
en la calidad de vida de cada ciudadano, en cualquier remoto lugar de nuestra
nación, esto nos conllevará a ser más eficientes en nuestros trabajos, es
menester del gobierno brindar las facilidades a través de un sistema menos complejo
dando espacio para que el empresario pueda desarrollar su creatividad,
innovación, audacia en un mercado de libre competencia, estableciendo una base
sólida para el desarrollo sostenido de nuestra economía, en conjunto aumentando
la formalidad en nuestros países con las buenas políticas de nuestros gobiernos
traslucidos en eficientes servicios públicos, harán una mejora en la
productividad económica del país que finalmente será retribuida en el mediano
plazo en grandes beneficios a cada uno de nosotros. Entre tantos a continuación se presenta un ejemplo:
En los servicios de telecomunicaciones con los que cuenta el
hogar se observan diferencias importantes. En primer lugar, se aprecia la alta
penetración que tiene el celular en el país, pues el 97% de los hogares con
ingreso 'formal' y el 79% de los hogares con ingresos exclusivamente informales
cuentan con este servicio. Sin embargo, en cuanto a acceso a teléfono, internet
y cable, las diferencias son grandes, pues en ninguno de estos tres casos el
acceso de los hogares con ingreso informal supera el 18%, mientras que en los
hogares con ingresos de empleos formales es igual o supera el 49%. (Foto: INEI) obteniendo así una mejor calidad de vida.
0 comentarios:
Publicar un comentario